La industria es un elemento esencial en la actividad económica de cualquier país desarrollado. Es clave para una economía competitiva, sostenible, estabilizada y preservadora del bienestar general.
Sin embargo, el tamaño de su estructura en los países desarrollados, tanto en términos de producción como de empleo, ha ido disminuyendo progresivamente, debido a varias circunstancias, desde finales del siglo anterior.
La industria manufacturera española, qué es el sector que nos ocupa, al igual que la de muchos otros países, ha experimentado una notable pérdida de su índice global. La participación de la industria en el Valor Añadido Bruto sectorial español se encuentra alrededor de tres puntos por debajo de la media de la Unión Europea, debido a factores, tales como:
- La deslocalización de determinadas industrias intensivas en mano de obra hacia otros países.
- La división del proceso productivo, gracias a innovaciones tecnológicas o de proceso, así como de la misma progresión de los mercados.
- La terciarización de la economía, en relación con la transformación de los países más avanzados hacia actividades de servicios (“servitización” de la industria).
- La crisis económica y financiera, donde en España fue especialmente fuerte.
Dado este contexto, con el punto de mira puesto en frenar el proceso de desindustrialización española en los últimos años, y más recientemente por la crisis sanitaria que vivimos, se ha acentuado el interés por la industria, tanto a nivel comunitario como nacional.
Se subraya, por tanto, la inclusión de la industria como una de las iniciativas fundamentales recogidas en la Estrategia Europa 2020, que trata de definir estrategias para recuperar la posición destacada del sector industrial en el crecimiento del sector económico. Solo la industria puede ocasionar aumento de la productividad, necesario para reinstaurar un crecimiento sostenible, y solo la industria puede mejorar una utilización eficiente de recursos.
A continuación enumeramos algunos de los beneficios que impulsan la industria manufacturera:
- El progreso industrial: un tejido industrial fuerte y potente, con grandes empresas. España posee un tejido industrial pequeño, con abundancia de microempresas y una dependencia elevada de la demanda interna, con pocas empresas exportadoras.
- La digitalización: supone una gran ocasión para impulsar la competitividad de la industria española. El sector industrial, en el que se aúnan tecnología digital y producción física de bienes, es interesante, ya que mejora la modernización de procesos industriales y productos. Los beneficios que resaltan de la digitalización son: la nube, la hiperconectividad o la aplicación del big data, la robotización y la sensorización, dando lugar a lo que se ha denominado Industria 4.0. Todo ello ha favorecido la agilidad y eficiencia.
- El progreso tecnológico: permite disminuir los costes de producción e incrementar la cantidad y calidad de los productos. Factores: innovación, investigación e inversión. En este campo, España sigue reflejando un atraso respecto a otras economías.
- La formación profesional para el empleo: instrumento importante para proveer de las cualificaciones y competencias profesionales a los empleados del sector y al tejido productivo empresarial.
- Un marco normativo, tributario y fiscal es un apoyo significativo para garantizar el funcionamiento de la actividad de las empresas. Debe estar diseñado para favorecer las inversiones y los desarrollos.
- La energía representa uno de los costes de estructura más significativos: la factura por costes energéticos en la industria manufacturera española se considera entre las más elevadas de los países de su entorno.
- Transporte y logística: las economías de los países dependen de una red de transportes y centros logísticos que sean capaces de realizar la distribución de manera eficiente y eficaz. Destacar la “Estrategia Logística de España (ELE)” que tiene el objetivo de desarrollar los planes estratégicos del Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda 2012-2024.
- La sostenibilidad ambiental: cumplimiento de los objetivos de calentamiento global, economía circular, gestión de residuos, de emisiones de gases y el gasto ambiental.
- La internacionalización y la política comercial, entendidas como la puerta de entrada de las empresas a los mercados y su inclusión en las cadenas de valor.
La economía española ha ido mejorando en internacionalización. No obstante, hay una serie de puntos débiles estructurales que es recomendable atajar mediante la implantación de una política económica. En conexión con ello, la Estrategia de Internacionalización de la Economía Española 2017-2027, redactada por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, y su concreción en el actual Plan de Acción para la Internacionalización de la Economía Española 2019-2020, van dirigidos a impulsar la internacionalización de la economía española.
No podemos pasar sin mencionar el papel de la política industrial en el desarrollo de la economía mundial: ningún país ha conseguido realizar la evolución desde una economía perteneciente al sector agrario a una economía desarrollada sin aplicar una política industrial activa.
El sector de la industria en España debe hacer frente en la actualidad a varios retos cuya gestión debe ser abordada por los poderes públicos para lograr un beneficio común y del sector. En consecuencia, el Gobierno publicó las Directrices Generales de la Nueva Política Industrial Española 2030. Este documento realza la mejora de la productividad y competitividad a través del apoyo al sector y la coordinación con las directrices de la nueva política industrial europea.
Así mismo, la nueva Ley de Industria debe establecer un marco regulatorio más claro, estable y comprensible.
La situación actual del sector, en noviembre de 2020, es que se está produciendo una leve reactivación de la industria manufacturera, pero aún queda camino por recorrer.
En el sector que nos ocupa, mencionar que el Gobierno de España y la Comisión Europea han establecido un conjunto de guías y normas para impulsar empresas españolas que fabriquen material de protección y poder, al fin, ser autónomos en este sector.
En La Mascarilla queremos dar un impulso y oportunidad al sector nacional manufacturero, distribuyendo las mascarillas higiénicas fabricadas 100% en España (maquinaria, materiales y empleados) por MasFabes.
El producto que distribuimos cuenta con absolutamente todas las pruebas, ensayos y requisitos que exige la normativa, tanto española como europea, para su correcta fabricación y distribución.
Desde La Mascarilla estamos súper orgullosos de apoyar la industria nacional española, de colaborar con MasFabes, la empresa encargada de haber montado toda esta estructura industrial, enamorada de su país, y que verdaderamente, JUNTOS, podamos salir adelante con las menores bajas posibles y de la mejor manera posible.
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